Humanismo Y Naturaleza
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La idea de que la naturaleza y la cultura forman dos mundos separados está profundamente enraizada en la tradición cultural y filosófica de la civilización occidental. La historia de la cultura y del arte, inclusive en sus expresiones modernas, revela una fascinación por el mundo de la naturaleza. Sin embargo, los fenómenos naturales se encuentran excluidos de las construcciones culturales: la naturaleza es a un tiempo sujeto del conocimiento y objeto de explotación. La moral es básicamente cultural y la cultura, en lo fundamental, se opone a lo natural. La mera instrumentalización del mundo natural pone límites a la comprensión de su funcionamiento y a la posibilidad de un “diálogo” que nos permita alcanzar una convivencia pacífica con la naturaleza.
Es urgente un debate filosófico-moral que supere la distinción equivocada entre naturaleza y cultura en razón de que el cultivo y la transformación del entorno son inevitablemente actos de civilización humana. Cultivar la naturaleza no equivale a depredarla o destruirla: tampoco significa idealizarla y añorar la “naturaleza perdida”. El diálogo al que este libro quiere contribuir apuesta por el cuestionamiento critico que busca abrir espacios para respuestas capaces de afrontar los diversos problemas que en conjunto constituyen la crisis ambiental.
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