!Hey, Familia, Danzón Dedicado A...!

Después de leer este libro de Angel Trejo nos encontramos de nuevo ante la gran interrogante, disquisición a la que de alguna mañera, en forma genérica, da respuesta cada una de estas páginas: ¿por qué el danzón logró penetrar en el alma popular y permanece ahí desde hace más de un siglo y ahí permanecerá —como todo lo hace suponer— en los siglos venideros? Quizá la respuesta, como Trejo nos lo hace intuir en su discurso, estriba en que el Danzón es suma, acumulación cualitativa de sangres y de culturas, desde que fue country dance en Irlanda, desde que vagó por Dinamarca, Holanda y Bélgica, desde que se transformó en contre dance en Francia, desde que se americanizó en Haití en donde incorporó el cinquillo (figura rítmica basada en cinco golpes de tambor lentos por cinco acelerados) y pasó a ser contradanza, danza y habanera en Cuba, en donde finalmente se resolvió en el Danzón de Faílde y Pérez y de todos nosotros. Ese es el secreto sin duda, el Danzón es la suma de la sangre, de la cultura, de los pueblos, por ello es inmortal, como en el libro de Trejo lo acabamos de corroborar. Estamos ante la gran interrogante, pero nos estamos dando también la gran respuesta. En el Danzón, desde los cubanísimos A las alturas de Simpson y El bombín de Barreto hasta los mexicanísimos Juárez y Nereidas, estamos todos.

Roberto LOPEZ MORENO