La Humedad Del Desierto

Poesía y narrativa se dan da mano en La humedad del desierto para que el agua secreta de la dunas haga brotar, cual cardenches y saguaros, rencores, recuerdos, pasiones. No son los únicos temas de la poesía lírica, pero sí los eternos. Las lágrimas se secan en el viento del páramo, mientras pupilas anheladas hurgan el cuerpo de la escritora amante y labios desconocidos succionana se boca. El amor del desierto es inquietante, aloja y petrifica, en su indiferente silencio. Pero ¿cómo medir las dimensiones del amor?

Olivia Félix nos lleva de la mano en el recorrido que una garganta, sedienta de vida y satisfecha de su paso en el polvo de la vida misma, recorre entre el llanto del abandono y la promesa, no importa si formulada así misma o a la destinataria del poema: “amaré de nuvo a otra, extranjera de mi misma“. Imágenes contundentes y preguntas retóricas se entremezclan en esta poesía contada en primera persona, donde el corazón en llamas se encuentra en la geografía de la tierra abrasada. No hay necedad estéril. La eroticidad brota el fruto y el desengaño se transforma en proyección.

La humedad del desierto se sostiene en la osadía de la mirada interna y en la escritura tenaz de la libertad que se pierde una vez tras otra en el laberinto de las tentaciones. Si las mujeres son para las mujeres que las anhelan: espera, noche, punto final, este es el libro donde leer el propio, incierto, palpitar: Poesía y afirmación de ser bajo la falda del viento.

Francesca Gargallo