Sintonía Y Distonía Afectiva, En Niños Y Adolescentes

Los afectos en el hombre permiten que sus relaciones interpersonales tengan profundidad y sean un alimento cotidiano que nutra el espíritu. Un individuo que reprime sus afectos muestra grandes conflictos y deteriora su vida emocional. Por ello es necesario que los adultos seamos afectuosos y enseñemos a nuestros niños y adolescentes a que vayan construyendo una vida con afectos verdaderos, los cuales son una herencia con la que podrán enfrentar un mundo que a veces se torna difícil de manejar.

El que haya una sintonía con su mundo interno y su mundo externo matizada de afectos genuinos lleva al individuo a ser creativo, a sentir su trabajo como una oportunidad diaria de crecimiento, a expresarse con los demás y sentir que la vida vale la pena, entre otras cosas. Los afectos y la salud mental van de la mano. Sin embargo, muchas personas creen que se puede ser exitoso siendo racional y objetivo y se cree que se puede tener una relación con los demás sólo a través del pensamiento, pero eso no es verdad, ya que una gente realmente rica sabe que tiene que sintonizar la inteligencia con sus afectos y que éstos le darán una interacción emocional más profunda.

Si como adultos contemplamos lo anterior y a través de nuestro ejemplo se lo mostramos a nuestros niños y adolescentes, es seguro que cuando ellos sean adultos su vida será de una riqueza invaluable. En este libro la Dra. Adriana González Padilla nos muestra a través del trabajo de investigación clínica en la psicoterapia psicoanalítica infantil y de la adolescencia los caminos que promueven la formación de un individuo enfermo y a un individuo sano.

Esperamos que el lector encuentre en este libro las respuestas que lo lleven a elegir la conducta afectiva más adecuada para sí mismo y como un modelo de identificación en los niños y los adolescentes.