¿La Mala Educación O En Realidad No Sabemos Escuchar? Jóvenes En Educación Media Superior En Tres Regiones De México

El panorama educativo que ofrecemos al lector habrá mostrado que hay un punto de ruptura entre la idealidad del modelo educativo de bachillerato y las expectativas de futuro. Esta demanda una reflexión concienzuda y nada impresionista sobre el tema educativo en los jóvenes, justo porque es en esa edad cuando los procesos de diferenciación cobran sentido a partir de desear ser alguien -alguien como sí mismo- y hacer lo conducente dentro de los marcos limitados donde se elige escuela, carrera, ruta de vida o donde se asumirá la arrancia hasta reencontrarse en la idealidad del otro. Todo proyecto de vida establece de manera factible los vínculos sociales y apertura las responsabilidades sobre el futuro imaginado en el marco de lo real. Contradictoriamente, el mercado lo de subjetiva hasta trocarse en fantasía personal o individual. Al hacerlo, la mala educación que se nos impone habrá de reducir al educando a convertirse en la prisión de sí mismo. Solo hay un paso desde ahí para sentenciar y consignar el vaciamiento de sentido en la vulgaridad del ethos de la nada: ni al reproducir esta asignación liberal del individuo que se educa en una institución para ser, no otra cosa, sino alguien identificable como receptáculo de la mala educación: si algo sale mal es porque algo ocurrió respecto a la idealidad de un modelo educativo que asigna su impronta en el sujeto a través de toda la imaginería pedagógica y, a pesar de sí misma e implementada en situación, psicológica. Cada capítulo nos habrá de implicar en el cuestionamiento radical de la obra: ¿estamos propiciando la mala educación o no sabemos escuchar a los jóvenes? Ante su posible lector se abre la mirada hacia el horizonte de los lugares no pensados ni sabidos: Ameca, Jalisco, Cuajinicuilapa, Guerrero y Xalapa, Veracruz en el México contemporáneo.