Profesorado, Conocimiento Y Enseñanza Conservadora, Valores Profesionales En La Educación Superior

El profesorado de las instituciones de educación superior forma parte de uno de los segmentos sociales mas sensibles al cambio global, pues es un sujeto que por su naturaleza profesional esta directamente involucrado en el fenómeno que identificamos como sociedad del conocimiento. Esta realidad ha puesto en crisis las pautas de una docencia estandarizada, cuya legitimidad tenia como base la larga duración de los saberes estables que circulaban en las aulas. Esto, en definitiva, ya cambio. Quienes hoy necesitan cambiar son los profesores.

La nueva realidad plantea, necesariamente, la revisión critica del ethos del profesorado. Esta problemática no se reduce no solo a la dimensión técnica del fenómeno. Exige también, una interpretación desde la ética profesional, la cual nos permita cuestionar los principios y actitudes de los docentes que se empañan en poner en juego en la enseñanza y el aprendizaje, pese a que las señales del mundo moderno e, incluso, las que se desprenden de una moral democrática, convocan a innovar la relación educativa.

Para conocer la magnitud de esta problemática —como para entender las posibilidades y limites del cambio en el profesorado, teniendo como referencia el sentido que ha tomado el nuevo escenario del conocimiento y sus nexos con los propósitos de la información profesional—, me propuse a realizar un acercamiento a la cultura de profesores que trabajan en instituciones del nivel superior. El resultado fue la elaboración de este libro, que recoge el análisis de un trabajo empírico entre académicos, seleccionados con el criterio de que todos ellos son considerados lideres en sus comunidades institucionales, además de que ofrecen muestras suficientes de su autonomía y responsabilidad en sus juicios como profesionales de la educación.

Esta es la idea principal: el cambio de época, con las consecuentes necesidades académicas y morales, reclama el uso de la critica a la enseñanza conservadora. Este es el desafío ético del profesorado.