Del Anciano Al Adulto Mayor

Escribir sobre vejez y envejecimiento obviamente no es fácil: moviliza paradigmas en torno a lo que es el sentido o el no sentido de la vida, la muerte, la  felicidad, lo espiritual, la cotidianeidad. Ciertamente muchos de los autores  que tratan el tema ensayan una postura crítica en torno a lo llamado “políticamente  correcto”, pero en otros no podemos dejar de “escuchar” aquello que los tiempos  marcan como necesario de priorizar: adultos mayores vigorosos, críticas al estado,  reforzamiento de lo biopolítico, revisión severa de las políticas públicas.

El tema no termina ahí. Quizás falta revisar encuadres epistemológicos que  son fundamentales, pero que sin embargo son dejados de lado. Por ejemplo,  ¿por qué de repente hablar de viejos y vejez se ha tornado incorrecto? ¿Qué implica  filosófica y sociológicamente la ambigüedad del vaivén denominativo entre “adulto  mayor”, “postadulto”, “adultos tardíos”?.

Sin temer a las palabras, y si tenemos en cuenta que estamos entrando en el siglo  o los siglos de los centenarios, ¿esto generará situaciones apocalípticas o las estructuras sociales podrán modificar su actual “adultocentrismo” para pasar a un “anciocentrismo”?