Modelo De Promoción Y Atención Con Ancianas Y Ancianos En Situación De Pobreza

A principios de este siglo XXI el mundo comienza a sentir y resentir la situación de los ancianos. Muy pronto los adultos mayores serán el 25% de la población mundial. En México, según datos oficiales existen más de 7 millones de personas de 60 y más años; en la capital del país la cifra es de 700 mil personas. Los retos fundamentales que deben asumir las naciones, que como México ven crecer aceleradamente su población mayor, implican al ámbito social, económico, político y cultural.

En este sentido, los esfuerzos de los gobiernos federal y local, así como de las organizaciones y de los propios adultos mayores por prepararse para afrontar esta situación han sido significativos pero enfocados principalmente a la atención médica y a las demandas individuales de las personas mayores.

En general podemos decir, que como sociedad no estamos preparados para dar respuesta a las demandas y necesidades de las personas de edad avanzada. Las organizaciones e instituciones parecieran trabajar cada una por su lado; la investigación y bibliografía es escasa y proviene en su mayoría de países con diferente cultura y economía a la nuestra y por otro lado la demanda de las personas interesadas en el tema comienzan a ser cada día más.

Por ello, la Fundación Cáritas para el Bienestar del Adulto Mayor, I.A.P. pone a consideración de aquellas personas que trabajan con y para las personas mayores el Modelo de Promoción y Atención con Ancianas y Ancianos en Situación de Pobreza, con base en la experiencia que le ha dado el impulsar este modelo en la comunidad con un enfoque integral.

El objetivo de este modelo es coadyuvar a mejorar la calidad de vida de la población adulta mayor, con énfasis en los ancianos y las ancianas en desventaja social y pobreza, especialmente en los campos de la salud, nutrición, educación, derechos humanos y ocupación, con la finalidad de que las personas de edad dispongan de los elementos que les permitan desarrollarse dignamente, mantener su independencia y autosuficiencia, favorecer una mayor integración y participación en sus respectivos contextos: familiar y comunitario, evitando su institucionalización y garantizando su seguridad.